A traves de las ventanas
En Abril del año pasado, la Oficina de UNICEF para América Latina y el Caribe me invitó junto a un pequeño grupos de asesores y especialistas de nuestra región a pensar en dispositivos que contribuyeran con niños, niñas, adolescentes y familias en varios países que estaban atravesando desafíos inéditos de encierro, aislamiento y numerosas formas de escasez material y también subjetiva. No sabíamos cuánto duraría la prueba (aun hoy no lo sabemos) pero pensé que era necesario tender puentes que acercaran, permitieran aflojar, encontrarse y recuperar de alguna manera lo afectuoso y vital que todos necesitamos para no desfallecer.
Propuse a UNICEF contactar a artistas que tuvieran experiencia en trabajar con herramientas expresivas como el dibujo, la danza, la música y ofrecer encuentros en línea adonde las familias pudieran salir al menos por un rato del confinamiento en el que también se encontraba nuestra imaginación y compartir el placer que trae el transformar eso en movimientos, sonidos y colores.
Para crear el programa, hablé con Gusti Rosemffet, un artista plástico que admiro enormemente desde que un amigo en común me habló de su primer libro, Mallko y papá. El fue quien propuso el nombre de este espacio, dando la señal de volar fuera de esa imagen cuadriculada y ajedrecística del zoom para viajar juntos a Perú, Colombia, Argentina, Paraguay y Jamaica. Durante varios meses, las oficinas de Unicef en estos países invitaron a familias y equipos de programas vinculados a primera infancia, educación y protección social. Muchas de esas familias se conectaron desde pequeños apartamentos en las periferias, desde casas humildes en regiones costeras o rurales. Fue una experiencia valiosa de encuentro, producción, creación, palabra y lazo. Se sumaron la bailarina Laisvie Andrea Ochoa Gaevska de Concuerpos y el maravilloso Lucho Flores de la Compañía de Danza Inclusiva de Costa Rica, de quienes me hice fan incondicional por todo lo que crean y por su vitalidad a prueba de confinamientos.
Cynthia E. Brizuela nos acompañó durante todo el camino para guiar y pensar el proceso, potenciando la oportunidad que representaba para Unicef el abrir sus propias ventanas y acercarse a lo que estaban viviendo las familias. Andrea Parra puso todo el cuidado y el cariño asegurando que a nadie le falte una herramienta para participar. Las compañeras del Task Team de Unicef (Silvana Veinberg, Marisol Moreno, Garren Lumpkin, Claudia Pacheco, Rebecca Tortello, Milagros Castillo y Lissette Nunez) rodearon la propuesta de entusiasmo, involucrándose en los talleres para sugerir ajustes y mejorar la propuesta en cada nueva edición. Mi papel fue el que más me gusta y seguramente por eso el que desempeño mejor: escuchar y tratar de registrar las fórmulas de esa magia, el alivio que trae el arte cuando incluye y la palabra cuando es escuchada y acogida.
Hoy les comparto el resultado de ese registro… https://www.unicef.org/lac/informes/una-casa-con-muchas-ventanas